viernes, 8 de julio de 2011
EL AGUA EN LA VIDA DE LOS CANTORIANOS.
INTRODUCCIÓN
A medida que la población mundial continúa su rápido crecimiento, el aumento de las necesidades de agua para los hombres está llevando a que se produzca una crisis global de las reservas de agua. Rees ha comentado que cada vez está mas admitido que, si continúa la tendencia actual, la falta de agua y el deterioro de la calidad de la misma se convertirá en los factores limitantes del futuro desarrollo económico, de la expansión en la producción de alimentos y del suministro de servicios básicos de salud e higiene para millones de personas desfavorecidas en los países en desarrollo.
A lo largo de la historia del hombre la gestión del agua ha sufrido distintas etapas. En la Prehistoria, los primeros asentamientos Neolíticos se instalaron en los márgenes de los ríos, después las grandes potencias de la antigüedad florecieron en bastos valles fértiles y con abundante agua. Un ejemplo de ello fue Mesopotamia (del griego: Μεσοποταμία, "entre ríos", traducción del antiguo persa Miyanrudan, "la tierra entre los ríos", o del arameo Beth Nahrin, "entre dos ríos". Dada su ubicación entre los Rios Tigris y Éufrates). No debemos olvidar otras superpotencias de la antigüedad como fueron Roma (junto al río Tíbet) o Egipto (junto al Rio Nilo)
Ya en la Península Ibérica, los Árabes que residieron en ella (S. VII-XVI), nos dejaron maneras y costumbres que aun en la actualidad se conservan y entre estas, la cultura del agua que permanece aún entre nosotros.
El presente articulo se quiere acercar al estudio del Medio en el que se insertan las obras hidraulicas que canalizan el agua que usaremos para el riego de nuestras huertas. Para ello fijaremos nuestra atención en esas fuentes, cimbras, acequias y balsas que constituyen un auténtico sistema vital distribuyendo el agua a aquellas zonas donde se cultiva suelo de regadío, es decir, igual que nuestro corriente sanguíneo alimenta de sangre nuestros órganos.
Como tantos sistemas fluviales en un clima árido como el nuestro, el echo en sí de no ver agua en el Río Almanzora no significa que no fluya dirección al mar y así completar el “Cíclo del Agua”. Cuando llueve, las precipitaciones se infiltran en la tierra que actúa como una enorme esponja, cuando esta rebosa entendemos que se ha alcanzado el nivel freático. Es entonces cuando se nos aparece a la vista en forma de fuentes, las cuales se distribuyen a lo largo de los márgenes de Ríos (Albanchez y Almanzora) y Ramblas (Ciscarico, Del Cañico, Del Saltador de Lentisco, Del Parador de la Jara, De Albox y Torrobra) de nuestro municipio.
Las acequias riegan los “Pagos”, un conjunto de bancales que reciben el agua de una misma fuente. Ejemplos de estos Pagos son: Pago de Cantoria, Pago de la Oica, Pago de la Olí y Capanas, Pago del Prado...
Además del agua de las fuentes, las acequias son alimentadas directamente por el río, en las épocas en las que discurre el agua por superficie a través de presas en las boqueras, y por Cimbras, sistemas de la ingeniería árabe que sirven para recoger el agua que discurre por las arenas del río.
Si bien en los últimos años nuevos aportes los constituyen aguas del Trasvase Negratín-Almanzora que se añaden a los existentes de los sondeos realizados en los años 60 en el Paraje El Fas gestionados en parte por el Ayuntamiento de Cantoria y por la Comunidad de Regantes Riegos de la Oica. Después dos comunidades se han creado, la Comunidad del Subgrupo en las Rellanas de Cantoria y la Comunidad de la Jata.
El agua discurre por la campiña en modo de “Tandas”. Desde la “Acequia Principal” llega a los distintos “Brazales”, regando todos los bancales desde la primera “Pará” hasta la ultima y pasar al siguiente. Podemos encontrar acequias que acaban en el río y continúan por el mismo, aunque desaparezcan pronto tragadas por las arenas, como es el caso de la acequia del Pago de Cantoria. Otras como la del Pago de la Capanas se comunica con la del Pago de la Olí, enfrente de la “Risca del Negro” o bien se une con la acequia que conduce el agua hasta el Pago del Prado., regando tierras almanzoreñas dos días en semana y todas las noches.
Otra clase es la acequia de la Zoya, que recibe aportes de la Fuente de la Zoya y aguas de la depuradora de Cantoria, convirtiendo esta en un agua de baja calidad.
Las principales fuentes se encuentran asociadas a acuíferos carbonatados (Triásicos), durante millones de años el agua ha circulado por estas rocas haciendo de las mismas un gigantesco queso grullers por el que no solo se almacena el agua sino que es capaz de transmitirse entre las distintas oquedades, propiedad esta que le permite ser captada como el sondeo de Riegos la Oica mediante bombas hidráulicas sumergidas y que extraen a una profundidad de 20 metros un caudal de 120 l/s. Al conjunto formado por roca y agua con capacidad de transmitirla, le llamamos acuífero.
Tenemos otros acuíferos, los detríticos, y entre ellos el “Aluvial del Río”, con importancia en cuanto a la extracción algo menor que el anterior. En los municipios que se encuentran rio abajo, tras Cantoria, abundan esta clase. La diferencia con el de Cantoria, Dolomítico, es que se extrae menor cantidad (5-50 l/s) y presentan un riesgo añadido: cuando el agua se extrae por debajo de un nivel crítico se saliniza el acuífero debido a la presencia en el sustrato de numerosas sales, la mayoría provenientes de la época geológica en la que en nuestro valle era una lengua marina y por tanto antes de que la erosión de las sierras de Filabres y Estancias rellenase con sus materiales el Valle Almanzora en el Neógeno y Cuaternario. De esta época datan los estratos: Conglomerados, Limos y Arenas, Margas, Margocalizas, Travertinos, Glacis y Aluvial.
La hidrológica del municipio de Cantoria la podemos encontrar en UNIDAD Nº8.- CANTORIA – ALBOX, inventariada por el “Proyecto Noria. Estudio de los Recursos Hídricos de la Comarca del Almanzora” editado por el ADR Almanzora en 2004. Según el mismo, “se trata de una unidad que se extiende desde Fines, pasando por el entorno de Cantoria y Albox, hasta el municipio de Arboleas. Aparece en pequeños afloramientos, posiblemente desconectados, y en subafloramientos, puestos de manifiesto al ser atravesados por sondeos, debajo de las margas miocenas de la depresión, o del propio aluvial del río Almanzora, y que puede extenderse más hacia el Oeste”.
En lo que respecta a su geología, “está constituida por dolomías y calizas del Trias Alpujárride, las mismas de la Sierra de las Estancias, y que afloran en isleos, principalmente en la margen del río Almanzora, predominando en el entorno de Cantoria. En profundidad también han sido atravesadas por algunas perforaciones, pero pudieran estar desconectadas en bloques, aunque nada descarta que tengan conexión con las calizas y dolomías de sector de Partaloa, de la unidad de Somontín-Partaloa. La base de estas dolomías son las filitas triásicas, que en gran cantidad de afloramientos, dejan a las primeras descolgadas y desconectadas de su entorno; Por tanto se puede tratar de un acuífero muy compartimentado, y donde pueden ser explotadas importantes reservas, frente a los posibles escasos recursos de la unidad”.
El acuífero formado por dolomías triásicas como recurso no renovable se mantiene en buen estado de conservación dado la escasa variación con respecto al año 1987, últimos datos de los que se dispone.
UN PASEO POR UNA ACEQUIA CANTORIANA
Junio de 2009. Nos disponemos a realizar una ruta por una de las numerosas acequias que rodean nuestro municipio. Nos dirigimos de oeste a este. Empezamos a andar, un silencio sereno nos rodea y de repente se rompe, una rana salta desde una piedra llana y erosionada por el paso del tiempo y que probablemente se trate de una caliza, un mármol un micasquisto o una arenisca cuyo origen lo podamos encontrar entre el Triásico y Cuaternario.
La fronda no nos deja ver el cielo, cañas, un granado, incluso zarzas nos lo tapa. Un rayo de sol nos aclara la imagen y conseguimos esquivar el tronco de un árbol, no se conoce especie o genero y probablemente permanece allí varado desde la riada del 73.
Nos sentamos, queremos observarlo, y una columna de hormigas de cabeza roja abren su paso delante nuestra, por el margen de la acequia. Como un ejército se dirigen implacables hasta su destino. Numerosas columnas de legionarias afanadas en un único objetivo, conseguir comida suficiente que les aguante todo el invierno.
También pudiera ocurrir que al sentarnos sobre el tronco se produzcan vibraciones que alerten a las hormigas centinelas y un hormiguero entero se confabule para atacarnos. Somos un cuerpo extraño que representa una amenaza para la comunidad. Son insaciables, y nos muerden con sus prominentes mandíbulas. En un momento avanzan por nuestro cuerpo hasta obligarnos a erguirnos y entre aspavientos quitárnoslas una a una. El Ácido Fórmico actúa y nos provocan intensos escozores. El tronco no ha resultado ser un buen poyete. Avanzamos en nuestro camino.
Circulamos por un estrecho paso, angosto y repleto de zarzas que nos obliga a realizar maniobras de contorsionista para evitar sus espinas. Las acequias en si son como larguísimas fajas de terreno con una vegetación muy espesa. Las plantas cuando hay suficiente agua, compiten por el sol para su crecimiento. Las zarzas son el mejor ejemplo, unas ganadoras netas. Sin la acción del hombre se desarrollarían de una manera increíblemente rápida hasta cubrir toda la vegetación arbórea representados en nuestro pueblo por naranjos, limoneros, perales...., que no disponen de mecanismos de defensa.
Curiosos son los casos de distintas especies botánicas que no permiten la reproducción de este arbusto. Ejemplos son los botiazos, granados, algarrobos y cañas. Estos arbustos y árboles cuando constituyen comunidades no permiten la propagación de los zarzales.
Junto a botiazos, podemos encontrar otras especies como: hinojos, espinos, cola de caballo, ajos silvestres, cardos, teniendo la mayoría propiedades medicinales.
Seguimos andando y dejamos el zarzal, al fondo nuestra atención se centra en un cerro, seco y apenas con vida, dividido en dos por el paso de un millón de motos de dos o cuatro ruedas. Antaño la principal amenaza de ese cerro eran rebaños de cabras y ovejas que formaban caminitos que daban una sensación como pequeñas terrazas. Eran fuente de erosión, sin embargo ¡esos surcos¡. Con el tiempo ese surco se convertirá en barranco y todo el suelo fértil, mejor dicho el escaso suelo fértil, se irá tal cual como un sumidero llegando finalmente al río. El río es vida y avanza, ese sedimento acabará lejos, en el mar y tras millones de años se convertirá en cordillera. Cuando eso suceda nosotros no estaremos allí, pero la desaparición del cerro y la vegetación que alberga la observaremos igual que las arrugas en nuestro rostro y cuando seamos ancianos nuestros nietos no verán esos surcos sino los barrancos y se borrarán de nuestros recuerdos al igual que el alzhéimer, parte de esos cerros con su vegetación incluida.
Un zorzal se posa frente a nosotros un segundo, se percata de nuestra presencia, y alza el vuelo. Nos teme, y con razón pues en la actualidad está incluido en la lista de especies cazables de Andalucía.
Verderones, Colorines, Pardillos, Petirrojos, roqueros, collalvas, ruiseñores... junto con otras aves insectívoras, han sido victimas involuntarias del acoso humano cazados sin control en los cañares, abundantes en ramblas y en el Río Almanzora. El sistema habitual es mediante redes en el cañar, totalmente prohibidas por la legislación vigente.
En los últimos años, la presencia de “Garzas” alegra la vida animal. El Río es su principal reclamo aunque también se dejan ver por algunas acequias de nuestro municipio. Son estacionales llegando en octubre y marchándose sobre el mes de abril.
Cualquier mamífero de la zona podría acercarse a alguna acequia de nuestro territorio (jabalí, garduña, tejón, zorro, cabra, oveja, perros, gatos...) para poder beber o alimentarse, aumentando de esta forma la biodiversidad del ecosistema.
Sin embargo los verdaderos dueños de este ecosistema son los insectos, reptiles y anfibios. En cuanto a los primeros, el hombre no ha conseguido vencerlos y por contra en los últimos años, y paralelo a la desaparición de sus depredadores naturales, los pájaros insectívoros, han aumentado sus poblaciones. Mosquitos, Moscas, tábanos, libélulas, alacrán cebollero, avispas, arañas, caracoles..., habitan todos los rincones siendo su dispersión la mayor de todas las especies animales.
Los reptiles como la “Culebra de Agua” desarrollan su ciclo vital en las acequias. El “Lagarto Ocelado” se puede ver en ocasiones, bebiendo agua o depredando insectos, larvas de rana o pequeñas ranitas. Aunque si bien, las zonas de matorral y sobre todo aquellos lugares sin apenas presencia humana son su verdadero hábitat.
Otros reptiles comunes en acequias son las tortugas, Hay tortugas de hábitat terrestre, acuático, marino y de agua dulce. También existen gran cantidad de especies con hábitats semi-acuáticos: pasan una parte del tiempo en tierra firme y otra parte en agua dulce, como es el caso de nuestras tortugas.
Los anfibios tienen en el ecosistema de las acequias su principal valedor, disponen de todos los elementos para su supervivencia y saben aprovechar el mayor inconveniente, las ausencias prolongadas de agua por las acequias. Las Ranas y sapos son los principales representantes de esta clase.
Toda esta riqueza tanto de fauna como de vegetación, supone un elemento enriquecedor a la hora de evaluar positivamente nuestro paisaje. Las acequias no son solamente una obra de la ingeniería hidráulica heredada de los árabes. A lo largo de kilómetros lineales representan un oasis de biodiversidad además de una barrera extremadamente eficaz frente a la erosión.
Aunque el agua que discurre por estos cauces no sea de la mayor calidad, animales y plantas cierran sus ciclos en ellos aumentando de esta forma el número de especies en nuestro territorio.
Especies como el Granado o la Zarza, son muy importantes debido a la recolección de sus frutos. En septiembre, sus frutos están maduros y suponen un delicioso manjar que llevarse a la boca cuando faenamos en el campo. El fruto de las granadas, forma parte de nuestra gastronomía municipal en el popular plato “Migas con Granadas”.
Las cañas han representado durante mucho tiempo una forma de vida para los cantorianos. En los cañizos de las playas de Almería no han faltado las de nuestro municipio. Además no hace tantos años, los tejados de nuestros cortijos estaban construidos con caña y yeso junto a las colañas.
Finalmente, sin las acequias no dispondríamos de otro recurso inagotable como es la huerta cantoriana. Naranjos, limoneros, perales, nispoleros, cerezos, membrillos, kakileros, albaricoqueros, vides, pereteros, mandarinos... no tendrían razón de ser sin el agua que discurre por entre sus paredes.
CONCLUSIONES Y AGRADECIMIENTOS
No obstante y por todo lo anterior, este paisaje se encuentra seriamente amenazado, en los últimos años la agricultura ha estado en franca regresión y los cultivos tradicionales no son rentables. Los márgenes del río han soportado durante muchos años la base de la economía cantoriana a través de lo que se cultivaba en sus huertas. Las acequias sirven de cauce para un agua digamos que escasa. Las fuentes no son lo que eran, han disminuido su caudal, principalmente por el descenso en las precipitaciones en los últimos treinta años y por el aumento en las captaciones subterráneas. Las necesidades humanas han aumentado considerablemente en estos últimos 30 años y no solamente las de consumo sino las industriales y de ocio.
También el escaso mantenimiento tanto de acequias, minas y cimbras supone una disminución de los aportes de las fuentes.
Además, nuevas canalizaciones de hormigón, PVC y acero sustituyen a las anteriores construidas por tierras de labor de los mismos bancales, formando los “Quijeros”. En ocasiones discurren por superficie, en otras las canalizaciones se conducen subterráneos. En este ultimo caso, toda la vegetación y fauna desaparecen en favor de una mayor eficiencia.
Como soluciones que se plantean frente a la amenaza de este ecosistema podríamos destacar algunas ideas:
1. Crear distintas Comunidades de Regantes que gestionen y lo más importante, puedan solicitar las subvenciones que la Administración Publica otorga para la mejora de las canalizaciones.
Los agricultores del municipio siempre se han asociado para labores de limpieza de las acequias principales. Sin embargo, nuevos tiempos requieren de nuevas soluciones.
2. Las nuevas canalizaciones, en parte de su recorrido, deberían discurrir por superficie. Habría que evaluar el riesgo de erosión, y su situación.
3. Compatibilizar el uso racional del agua, aumentando su eficiencia para contabilizar cultivos y atraer inversión extramunicipal, con un uso diferente de las acequias, como por ejemplo, senderos verdes destinados a ocio de los cantorianos y visitantes. Para ello sería interesante cartografiarlas en un primer momento y señalizarlas posteriormente.
4. Mejorar el sistema de depuración del agua, tanto de la depuradora de Cantoria y Almanzora, como estudiar la posibilidad de crear otra en el Fas. De ser así se podría analizar la viabilidad de inyectar agua tratada en el subsuelo con el fin de recuperar la fuente del Prado, que en la actualidad no emana agua y ha sido la más importantes del municipio.
Como ejemplo del paso de la historia estas dos fotos que representan el paso del tiempo y la ruina que representa.
En nuestras manos está la oportunidad de valorizar los recursos actuales a fin de garantizar un desarrollo sostenible de nuestro municipio.
Este articulo se lo dedico a todos los agricultores que de alguna manera participan y han participado en el mantenimiento de nuestras acequias, conservando la tradición oral de usos y costumbres reflejados en el léxico que empleamos. Sin ellos este recurso ambiental habría desaparecido.
A la memoria de mis abuelos Juan Pedro y Dolores, lectores de la revista Piedra Yllora.
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